jueves, 27 de enero de 2011

El sueño de la Princesa

Dentro de este hogar no puedes correr
no creas que alguien te salvará
sientes la fría mirada del caballero sin ojos
que entierra tus secretos en la piel
de que sirve rezar a un dios
perezoso, hambriento, lujurioso,
orgulloso, codicioso, enojado y envidioso de su creación
la biblia no es mas que un chiste mal contado

Guarda los recuerdos en un Baúl
y entiérralo junto a tu corazón
que ningún pirata destierre a ese tesoro sin valor
que las lagrimas de la princesa no molesten al rey

Corre corre pequeño conejo
que el cazador se trague las balas
que convirtió a tu familia en cazuela
después de todo nos queda sonreír ¿por que tan serio?
hunde otra vez los deseos de libertad en el mar
hunde otra vez tus besos en la sombra del alcohol
hunde otra vez tu dulzura de niña en tu corrompedor
hunde otra vez tus ojos negros en un futuro sin volver

Gritarle al mar tus sueños
y empápate de ellos en la próxima lluvia

Guarda tus recuerdos en un baúl
y entiérralos junto a tu corazón
que el príncipe tenga la llave y pueda abrirlo
el día en que la joven princesa hulla de casa

martes, 12 de octubre de 2010

¿Soy Feliz?

¿Soy Feliz?
no lo se...
cuando niño siempre me escude en el castillo de las ilusiones
padre, madre y toda una familia que me cuidaba...
un dia vi volar los platos sobre mi cabeza y mis padre discutian
y de apoco mi castiillo se derrumbaba
y unavez mas me di cuenta lo vulnerable que soy
todos los dias el rostros de mi madre... en sus ojos veia
tristesa, desilucion y amargura, mientras mi padre no caro con nadie
y solo se fue sin dejar rastros...
solo las lagrimas derramadas son el unico recuerdo vivo de mi tristeza
¿Soy Feliz?
creo que si... por que aun estoy firme aqui esperando todavia lo peor que ojala nos llegue.

jueves, 7 de octubre de 2010

Ni miedo ni esperanza

… Tan solo yo y Eduardo quedamos de la expedición. Aun recuerdo con pavor como las pirañas devoraban a mis compañeros, pero debo guarecerme en la nave, mientras que por el radiotransmisor escucho la voz de Eduardo: “¡No!... suéltenme… ¡no!...“ya nada me haría abortar la misión, ya no hay vuelta atrás, ni miedo ni esperanza, ya era hora de enfrentar mis miedos. Decidí tomar mi arma y esperar lo que Dios me aguardaba, el frío sudor me ahogaba, salí sin vacilar de mi escondite cuando… suena el timbre del colegio y decidimos continuar con mis compañeros en el próximo recreo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Solo mis pasos y yo...

Siento que todos me observan
pienso que hacer y vuelvo a ver
y todos danzan la canción que nunca quise oír de nuevo
mis pensamientos me traicionan
y mis miedos me atan otra vez a mi debilidad...
A veces pienso que pienso demasiado, y pienso que
pensar me llevara al fin, pero otra vez vuelvo a pensar que
mi fin es ahora...
Mis enemigos cantan otra vez y apuntan mis manos,
las mismas con las que forje mi mañana, mi trabajo mi esfuerzo... mis manos.
y en la cueva del delirio, mis lagrimas reflejan lo que una vida fue
en pos de un mañana sin sombra...
Un mañana in vida y mi sangre derramada por aquellos que ame
es todo lo que pude dar...
sobre las imágenes de mi memoria lloro y camino otra vez
¿adonde, cuando y como terminare?
a quien le importa, solo quiero estar solo... mis pasos y yo...

viernes, 10 de septiembre de 2010

Cristina, el nombre de la belleza prohibida

Y era lunes por la mañana, eso como las siete y media, esperando la micro en el paradero para ir al colegio, con un frió antártico, mientras escuchaba música para burlar un poco la hipotermia, cierro los ojos y repaso la letra de la canción hasta que el bus llega y un tumulto de gente de gente se agolpa en la subida, pero el frío me atonta y soy uno de los últimos en subir. Ya estando arriba solo queda una persona abajo, y cuando de repente y de improvisto las puertas se cierran, un ágil movimiento mío, casi como un reflejo, hace que mi mano derecha se extienda hacia fuera del bus tome el brazo de la joven escolar, y de un tirón… ¡paf!, ya estaba ella dentro del bus, con una voz tímida, pero con una penetrante mirada me dijo: “Gracias”.

En ese momento me congelé, sus ojos me paralizaron con su veneno inocente de niña perversa, esas malditas imágenes se vienen a mi mente imágenes de querubines cayendo del cielo con un arpa melodiosa y a lo lejos se escucha una voz gruesa y rasposa diciendo:

-Mijo, ¿va a pagar el pasaje?-

-Que amable el viejo- dije entre dientes

-¿Qué dijo?-

-Nada-

Que rabia, como ostenta a bajarme de la nube…

Ya pasado el problema me senté en un lugar vacío, en aquel momento me llenaba la cabeza de lagunas mentales, lagunas las cuales eran llenadas por aquel rostro angelical, pero a la vez endemoniado queriendo decirme algo, pero ese algo me agobiaba, y en un intento desesperado por apagar mi fuego interior me dirigí a ella y le dije:

-Disculpa… ¿Cuál es tu nombre?- a lo que ella responde siempre con una voz de miel:

-Cristina… - oh Cristina, el nombre de la belleza que ningún hombre mereciera tener -¿y cual es el tuyo?-

-Jo… Joaquín- y fue cuando no escuche nada, las nubes me cegaron, el sudor me empapaba y sin darme cuenta, me encontré fuera de mi colegio… “¡No!” pensé, no recordaba nada, suspire y me tape la cara de vergüenza y rabia, la frustración era una paliza moral.

Ya transcurrido el día me hallé acostado en mi cama, el nombre Cristina sonaba cada vez mas fuerte en mi cabeza, y su rostro me extasiaba, era inútil sacármela de la cabeza, quizás si leo algo podré evadir esta tortura, así que saque uno de mis mejores libros y me ahogue en las palabras de Edgar Allan Poe, hasta quedarme dormido y no saber nada del mundo

Al día siguiente me hallo solo en el paradero, la neblina dibuja un paisaje tétrico y nada ni nadie se asomaba, cuando una silueta se acerca, cada vez mas y mas cerca, mi corazón se acelera, la adrenalina se apodera de mi.

-Hola- levanto la vista y era ella, Cristina

-hola- respondo sobresaltado

-¿cómo estas?-

-bien- aunque sabia perfectamente que no lo estaba -¿y tu?-

-estresada… - responde ella con un suspiro -… el colegio, pruebas y en especial mi familia-.

Llega la micro y en el viaje me cuenta que los problemas con sus padres es pan de cada día, siente pena por no ser comprendida, ademas tiene pocos amigos según ella, quise darle una palabra de aliento:

-no estés triste, apóyate en tus amigos, para eso están y si te sirve de algo, aquí tiene en quien confiar- me sentí nervios pero bien, ella merecía mi ayuda, además debía dar el primer paso.

-gracias, te pasaste- me abrazó muy fuerte, mi corazón se detuvo por un momento su aroma de mariposa me extasiaba. –no te conozco pero desde ahora eres mí mejor amigo- por dentro mi niño interior saltaba y gritaba eufóricamente, se formaba una tormenta de sentimientos inexplicables, a lo que se redujo en un tímido pero infinito:

-gracias-

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando estoy junto a ella, pero debía bajarme de la micro así q me despedí de Cristina con un beso en la mejilla y un abrazo (fue como ver el cielo).

Al bajar de la micro me encontré con mi mejor amigo Andres, el que me pregunta:

-¿por qué tan contento?-

-¿por qué lo dices?-

-tu cara lo dice todo-

-te contaré pero prométeme no decirle a nadie-

-perro… ¿hace cuanto que me conosis?, los secretos que tenemos son solo nuestros, a si que cuenta nomás-

-bueno te cuento… todo partió ayer cuando conocí a Cristina, la mujer de mis sueños, no se en que colegio va, tampoco se su edad, y tampoco su apellido…-

-o sea no sabis nada de ella-

-quédate callado nomás, mira que tienes 17 años y no te conozco ninguna mina- dije entre molesto y burlón

-ya, sigue con tu historia nomás…-

-el tema es que hemos hablado muy poco, pero siento que la conozco de toda mi vida, y sé que somos el uno para el otro-

-¿y por lo menos es rica?-

-no, pero es hermosa-. En el transcurso del día me mantuve bajo perfil, pensando en ella, Cristina, me encontré así hasta llegar sin penas ni glorias a mi casa, mi madre me dice algo que no logro entender, solo es una bulla en mi cabeza que no doy mayor importancia y respondo con un “si, mamá”.

En la noche mi almohada era mi consuelo y me preguntaba “¿Por qué Cristina se cruzó en mi camino? ó ¿yo me crucé en el suyo?, ¿seremos el uno para el otro?, ¿seré merecedor de alguno de sus besos?... por ahora prefiero dormí, ya que quiero que sea mañana para poder verla y escuchar su voz.

El despertador suena tras una larga noche de plácido sueño, veo por la ventana una lluvia intensa sin piedad, su sonido es como si millones de voces gritaran Cristina, de pronto recuerdo que tengo prueba de matemática, pensé en un momento en no ir debido a la lluvia y la prueba, pero el hecho de verla, era algo que me superaba, así que sin dudar me ducho para despejarme un poco mientras intentaba recordar que diablo entra en al prueba, pero a la vez Cristina llega a mis pensamientos tirando por el suelo todo intento de repaso… Ya no se que priorizar, mis estudios o Cristina. Me encontraba en un vacío existencia, y ya no puedo ver mi horizonte, estoy dividido entre mi lado humano y mi lado animal.

Salgo de la ducha y me visto lo mas rápido que puedo.

Rumbo al paradero me cuestiono si es justificada mi actitud, dejarlo todo por una mujer, ya estando allí me percato que Cristina no está…” ¿Será la lluvia? o ¿Esta atrasada? “, la micro llega y un sentimiento de preocupación me inundasen saber nada de ella, pero algo me dijo que no aparecería, a si que ingrese al bus.

En el viaje medite de nuevo si mi esfuerzo es válido ¿Qué consigo?, ¿se fijara en todo lo que hago?, oh Cristina eres mi droga me he dado cuenta que te amo pero me haces daño, aunque tan solo con mirarte es necesario para olvidarlo todo y lo peor es q soy adicto a ti.

En un parpadeo la micro llega a colegio y cuando estoy frente a el, solo, con frío, mojado por la lluvia y urgido por la prueba, suelto una lagrima que gritaba por salir.

Entro a la sala y solo veo a Andres y a unos cuantos compañeros mas, me acerco a mi amigo y le digo:

-Andres, soy un idiota, ella me hace mal-

-pero hermano, la gracia de la vida es saber equilibrar todo en la balanza mental, entrégate a tu Cristina, y aprovecha de estudiar para olvidarte de ella… es una contraposición que es recíproca-

-¿qué te fumaste?- dije sorprendido por su respuesta sabia

-las plantas del vecino- y junto a ese comentario reímos como nunca.

-gracias amigo, me hace falta hablar mas contigo- agradecí. Cuando entra la profesora de matemática, deja sus pertenencias encima del banco dice:

-¡que vinieron pocos hoy! Joaquín, ¿puedes contar todos los que hay en la sala?

-¡uf!... veamos… uno, dos, tres, cuatro… siete… nueve…trece….diecisiete, dieciocho, somos dieciocho profe.-

-ya veo, pues como son menos de la mitad, hoy no haremos la prueba-.

Sentía que me desmayaba, tantas emociones juntas me dejaba confundido, al final todo pareció un mal sueño. Lo único que hice en la hora siguiente fue cerrar los ojos y seguir cuestionando mis sentimientos, y entre los gritos de mis pensamientos suena el timbre que indicaba el recreo, Salí lo más rápido posible solo para poder evadirme de Cristina. La lluvia eran mariposas rodeando mi cuerpo, y limpiaban mi pena, mi rabia, mi frustración… una gran catarsis, el frío no era impedimento para olvidarla, solo por esta vez…

-¡Loco!- escuché una voz familiar, era Andres -¡ponte bajo techo loco!- creo que cualquiera que me viera así pensaría lo mismo que el, algo impávido me dirigí a su lado y le dije:

-me he dado cuenta de dos cosas-

-¿cuáles?-

-primero, soy vulnerable a su dulce encanto… y la segunda es que creo que m voy a resfriar-.

El resto del frío Miércoles fue un cálido día para mi, a Andres de verdad necesito prenderle velas, cuanto tiempo sin reírme y yo sufriendo por una mujer.

Cuando llegué a casa, no había nadie y encontré una nota sobre la mesa de centro la cual decía:

“Estoy en el supermercado, después

Pasaré a la peluquería, llego tarde,

cualquier cosa me llamas al celular

Te quiero. Mama.”

Era esta la oportunidad de poner música fuerte, y por supuesto hice caso a las palabras de Andres y me puse a estudiar como condenado, todo para olvidar o por lo menos de pasar por alto a Cristina, de pronto (no sé como) me veo dormido frente a ala mesa con mis cuadernos abiertos y mi madre me dice:

-Joaquín, anda a acostarte- no dije nada, supuse que ella había llegado recién y me encontró durmiendo, no dije nada, solo me acosté y todo se desvaneció.

La lluvia se deja caer nuevamente sobre mi casa, el despertador suena y el frío congelaba mi mente, casi por inercia me prepare un café, tan suave y aromático…

Mientras me bañaba pensé si volvería a ver a Cristina, yo sabia que no me haría bien, pero muy en el fondo me moría de ganas de verla.

En tiempo record me vestí y si hacer ruido salí con una gran esperanza de cruzarme con su mirada. La lluvia era imparcial, a ratos dejaba caer su pena sobre mí, pero el clímax de la precipitación fue el ver a cristina bajo el techo del paradero, olvidando el consejo de Andres me acerqué a ella y le salude:

-Hola Cristina-

-¡hola!, ¿cómo estas?- que pregunta tan complicada.

-bien…- dije simulando el dolor-… ayer no te ví-

-es que en mi casa se cortó la luz con la lluvia y no pude hacer casi nada sin ella- sonaba coherente su justificación -¡ah!, ahora que te ví, me acordé… éste sábado es mi cumpleaños, ¿quieres ir?- No se que cara habré puesto pero se que por dentro mi euforia era máxima, sin pensarlo dos veces dije:

-si, por supuesto que me gustaría ir- ella saca rápidamente un papel perfectamente doblado en varias partes, que decía: “Joaquín”, y con un tono seductor me dice mirándome a los ojos:

-Ahí esta la dirección de mi casa, y sin gustas te puedes quedar a dormir- como decir que no a su rostro.

Veo que a lo lejos se acerca rápidamente la micro, me fijo en la calle inundada, y una breve imagen se me viene a la mente del bus mojándonos, así que en el pequeño instante en que la micro llegó abrasé a Cristina dando mi espalda al bus, y una ola me cubre casi por completo pero a ella no le llego gota alguna… nos quedamos abrazados y su aroma era mi consuelo una vez mas.

-¡ay no!- dijo ella expresando preocupación –no puedes ir así… ven acompáñame a mi casa- ¿habré escuchado bien?... ¿a su casa?, que me muerda un perro si esto es un sueño, me quede sin palabras, no supe que decir y con una actitud dominante me toma de la mano y me lleva a su casa, mientras en el camino una posa de agua pequeña que sin darme cuenta caí en ella.

-¡Mierda!- al apoyar mis manos, pequeños trozos de vidrio roto quedaron incrustados en ellas. Me levanto con dificultad y la sangre envuelve mis manos.

-¡perdón! no quería que esto pasara-

-no te preocupes, no es tu culpa-

-si, si lo es-dijo tapándose la cara con las dos manos, la abrace como pude y le dije:

-Perdóname tú por hacerte sentir mal- quedamos mirándonos bajo la lluvia, abrazados, tan cerca…un suave susurro suyo:

-vamos a mi casa- y seguimos caminando.

Llegamos a una casa grande, acogedora con buena fachada.

-pasa- al entrar tuve cuidado de no tocar las cosas bien adornadas con mis manos. Cristina enciende una estufa y la pone cerca mío, y con una cajita, algo parecido a un botiquín se acerca a mí y me dice:

-déjame ver tus manos- no tenia otra opción, se las mostré -¿te duele?-

-no- dije con sinceridad

-espero que esto no te duela- de la cajita saca un poco de algodón y alcohol, me limpia las manos y vuelve a preguntarme:

-¿te duele?-

-si- pero no era tanto el dolor cuando ella me trataba

-¿te puedes sacar la ropa?-

-no creo, ahora me duele mucho- quizás fui algo exagerado.

Las manos de Cristina suavemente me saca los botones de mi abrigo, uno por uno, mi corazón latía cada vez mas rápido, una vez sacado mi abrigo me abraza y de a poco me quita la polera… ahí estaba ella y yo, a la luz de la pseudo chimenea, tan cerca que su aliento era mi único calor, que más podría pedir yo Dios mío…

-este… pondré esta ropa a secara la estufa- dijo incómodamente -¿deseas café?- que tentación mas grande, mi punto débil, y mas aun si Cristina lo preparaba.

-te lo agradecería mucho- dejó la ropa cerca del calefactor y rápidamente entro a la cocina. Es impresionante lo poco que se demoró en prepara las tasas de café, se sienta alado mío y le pregunto:

-¿y tus padres?-

-están trabajando-

-¿y en que trabajan?-

- mi mama es profesora de matemática y mi padre es actor, pero mi padre siempre fue déspota conmigo-

-lo siento-

-pero yo tampoco lo pesco mucho… ¿y tus padres?-

-mira, mi mama fue secretaria durante muchos años de un tal señor Larrain, gerente general de una empresa de telecominucaciones, y mi padre fue sargento de carabineros, pero murió en servicio cuando yo tenia ocho años-

-¡ay!, perdón no sabia-

-no importa, lo tengo mas que superado, cuando era niño siempre me dijo que luchara por lo que me gustara, ahora entiendo que todo tiene un precio, el precio de mi padre fue dar su vida por sus sueños y pienso seguir su filosofía-

-tienes razón, ¿y tu madre que hace ahora?-

-mi mama es dueña de casa, se dedicó completamente a mi cuando mi padre falleció-

-¿y como eras antes, cuando tus padres trabajaban?-

-no recuerdo mucho, solo tengo algunas imágenes de mi nana, la Rosita cuidándome día y noche. Lo tenia todo, excepto a mis padres-

-bueno yo siempre tuve buena relación con mi madre por el hecho que mi padre nunca estaba en casa y con mi mamá nos quedábamos solas-

-ya veo, por lo menos tenemos algo en común… este… no quiero arruinar el momento pero ¿que hora es?-

-¡las diez!- dijo exaltada. Me puse la ropa seca y salimos de la casa en cosa de segundos

La micro pasó casi al mismo tiempo que nosotros llegamos al paradero, y en el camino seguimos charlando, pero un tema nada que ver a la conversación anterior:

-gracias por todo- dije

-¿a que te refieres?-

-dejarme entrar a tu casa sin conocerme y ayudarme con mis heridas y todo eso-

-ah… no es nada, además me salvaste de mojarme-

-debía hacerlo… ¡oh! Este es mi paradero me tengo que bajar-

-ah...- dijo algo acongojada –gracias- dijo mientras se cara se acerca a mi con ojos cerrados, y me beso la mejilla, continuación de abrazo-

-chao- me baje sin dejar de mirarla hasta que la micro se fue como el último tren al olvido.

Caminé al colegio recordé despistadamente que estaba bastante atrasado…” ¿Qué digo, qué digo?” pensé para excusarme, y fue ahí en ese momento cuando sin cuestionarlo me tiré un poco de barro en la cara y en la ropa, “que loco” pero espero que funcione, entre invasivamente a la oficina del inspector, fue gracioso ver su cara:

-¡Joaquin! ¿qué te paso?- dijo alterado

-¡profe me asaltaron!- no se me ocurrió nada mejor que mostrar las heridas de mis manos y con una lagrima en mi cara… ¡DIGNO DE UN OSCAR!

-llamaré a tu madre- ¿qué pensara mi mama cuando le digan que me asaltaron?

-profe no llame por favor, no quiero preocuparla, solo déjeme ir al baño a lavarme y pasar a clases- dije pidiendo misericordia

-bueno, anda- disimulando mi risa irónica fui al baño y me saqué el barro de encima, entre a la sala y ví que todos estaban dando prueba, todo en mi se redujo a una sola frase: “¡Mierda!”

En la tarde cuando llegue a mi casa todavía sentía las manos de Cristina en mi Cintura, pero me atormentaba lo cerca que estuve de sus labios, ¿Qué haré? ¿Me declaro?

¿Cómo se lo digo?, ahí fue cuando me acorde que me invitó a su cumpleaños, se me ocurrió salir desnudo dentro de la torta… ¡que idea tan absurda!” y me eche a reír solo, después se me ocurrió que seria buena idea escribirle una carta con mis sentimientos, así que busque rápidamente un lápiz y un papel y me puse a escribir.

Querida Cristina: espero que tu cumpleaños sea el mejor de todos, ¿sabes? Tu has sido un acierto en mi vida, creo que nada es por casualidad, tu ojos me hablan de tu personalidad, a veces una oveja, otras una loba, me agrada tu forma de ser, siento que cada mañana estoy junto a ti, eres lo que me motiva a buscar un rayo de sol en mis días nublado, y ese rayo de sol eres tu, me haces falta, mucha falta. Te amo y no se como decírtelo, cada mañana imagino que eres la que esta a mi lado y sueño con el día con que se haga realidad, nunca me cansare de decirte que te amo. Te pido perdón si te incomodo con esto, pero es la única forma de sacarme este sentimiento, es arrancarme el corazón y ponerlo en esta carta. Te amo

Joaquín

Creo que es todo lo que le podría decir en pocas palabras, tomé la carta y lo guarde en un cofre pequeño en el cual guardo mis cosas importantes, y en seguida revisé mis ahorros en una alcancía que escondo siempre debajo de mi cama: “$15.300 pesos” esta dispuesto a gastarla en cualquier regalo para Cristina, pero por ahora pensaba si es la forma adecuada de decirle que es mi Dulcinea.

Me llamó la atención las heridas de mis manos, las medallas que son huellas de una oportunidad que cada vez se acrecienta más y más.

¿Qué me esperaría mañana?, ahora prefiero guardar mis expectativas y esperar lo que pasará mañana, el sueño me consume rápidamente y caigo exhausto sobre mi mejor confidente, mi almohada

Seis de la mañana en punto y yo disfrutaba mi ducha diaria, tan reponedora. Media hora después me afeite los pocos pelos que me crecen, me tome mi tiempo para vestirme, ordenar mis cuadernos, tomar desayuno, lavarme los dientes y lo mas importante… perfumarme, tome mi mochila y salí con rumbo al paradero, el aire de hoy es distinto al de ayer, la montaña majestuosa me sonreía junto al sol naciente, ahí estaba yo, bajo el umbral de la puerta, respire hondo y con gran esperanza salí.

Cristina ya estaba esperando la micro cuando llegué, la salude más cariñoso de lo normal:

-¡Hola Cristina!-

-hola Joaquín- me dijo con voz apagada

-¿qué ocurre?- en sus ojos la pena era notable

-es que ayer pelié con mi mama y a lo mejor no hay fiesta de cumpleaños-

-mira… la celebración es mañana, tienes todo el día para poder convencer a tu madre-

-es que tu no la conoces… oye, ¿tienes celular?

-si- dije extrañado

-dame el numero para llamarte y confirmar, por que no estoy segura que haya fiesta- saque un papel pequeño y le escribí mi numero

- en todo caso no te sientas mal, por que puedes contar con migo para lo que sea- dije con tono amistoso.

-gracias- .me abrazó… nunca me cansare de esas escenas cursis. Llega la micro y nos subimos tomados de la mano, fue algo que me extraño mucho, pero fingí que no me importaba. Nos sentamos en dos lugares vacíos, Cristina me abrazo y con su cabeza la apoyó en mi pecho mientras yo le acariciaba los hombros queriendo decir “no te preocupes, no estas sola”, aunque no le dije nada, creo que capto el mensaje, en ese momento solo sentí la necesidad de protegerla, no se de que, pero era algo inevitable. Mientras que mi lugar de bajada se acerca le dije a ella: “Cristina me debo bajar”, ella me apretó, como si no me dejara ir, levanta la vista, me mira y me dice: “Me haces falta”, besé su frente suavemente y con el gran dolor de mi alma me despedí de ella y como la escena final de “Lo que el viento se llevo” me bajé.

Durante el día en el colegio la profesora de Matemática entra a nuestra sala y dice: “Joaquín ¿puedes repartir las pruebas de ayer?, ya están listas las notas, resignado las iba entregando una por una a mis compañeros, de pronto casi al final estaba la mía… “¡un siete!” grite y tiré el resto de las pruebas por el aire, la sonrisa era imborrable de mi cara.

En la tarde llegué a mi casa, y mi madre me pregunta desde el dormitorio:

-¿Cómo te fue hoy?-

-bien, me saque un siete en una prueba-

-¿un siete?... que bien, por que eso merece premio-

-este… mamá, mañana esta de cumpleaños una amiga, ¿puedo ir?-

-¿dónde es?-

-queda a tres cuadras de aquí-

-bueno-

El día iba de maravilla, espero que mañana salga todo planeado pero… ¡El regalo! ¡No lo compré! Espero que mañana haya alguna tienda abierta y le pueda comprar algo.

En la noche estuve viendo un reportaje sobre la desvalorización de la actuación chilena, cuando suena mi celular, era Cristina:

-¿aló?-

-¿Joaquín?- me dijo con una voz quebrada, con tono sollozante

-Cristina, ¿qué ocurre?-

-es que… mis padres no me van a dar permiso para hacer una fiesta-

-mmm… ¿te puedo visitar de todas formas?-

-que más quisiera yo, me encantaría-

-bueno entonces mañana iré a tu casa-

Quede preocupado por el estado anímico de Cristina, mientras me iba a la cama para poder dormir, pensé en ella, solo quiero que mañana todo resulte.

Sábado en la mañana y el sol entra por mi ventana iluminando mi cara, me levanto al baño, me lavo la cara, me miro al espejo dándome ánimo, en eso le digo a mi mamá:

-Mamá voy a salir a comprarle el regalo a mi amiga-

-esta bien, ¿a que hora vuelves?-

No se, pero no me esperes a almorzar-

Salí y fui a un mall, me pasee mucho tiempo buscando algo perfecto… de pronto veo una vitrina que mostraba una cajita de madera de roble, con términos elegantes, decidí comprarla con la idea de ponerle mi carta adentro.

Llegue a mi casa como a las cinco de la tarde, comí algo de puré con carne, tome la carta la mire y con confianza la puse en la cajita, enseguida la envolví en papel de regalo. Una hora después me bañé cantando: “como quisiera decirte” de Los Ángeles Negros, me afeite, me lave los dientes, me vestí, me perfume y me ví nuevamente frente al espejo: “que guapetón” pensé, tenia mi ego muy elevado, y sabia perfectamente que era eso lo que necesitaba y pedía a Dios que mis nervios no me traicionaran. Salí con gran ímpetu de triunfo con rumbo a la casa de Cristina.

Al llegar a la puerta de se casa, respire hondo y toqué el timbre, sale Cristina a recibirme.

:-¡Hola!- dice contenta, pareció como si no tuviese problemas

-¡Féliz Cumpleaños!-

-gracias- la abrasé fuertemente y pasamos adentro.

-estoy sola, mis padres no están, salieron a una cena con mis tíos- era ésta la ocasión perfecta, los planetas estaba alineados.

-toma- le pase el paquete y su sonrisa ilumino toda la casa

-¿qué es?-

-ábrelo- era como ver a un niño abriendo los regalos de navidad

-¡que lindo!- dijo, pero solo vio la cajita

-este… adentro tiene una carta pero prométeme que la vas a leer pero no ahora-

-bueno- dijo entusiasmada

Pasamos toda la tarde en el living de su casa viendo películas abrazados, nuestros aromas se mezclaban en el aire y en nuestros cuerpos, de pronto Cristina dice:

-Debo confesarte algo importante…-mi corazón se detuvo, las manos me sudaban y a lo único que me aferraba era a sus próximas palabras. Cristina, dime que me amas, y todo esto se acaba, somos hechos el uno para el otro, no me tortures más y seamos felices para siempre como en un cuento de hadas -…soy lesbiana-






Escrito por: Sebastian Lillo

sábado, 24 de julio de 2010

¿Por que las lagrimas son saladas?

¿Cada cuanto lloramos?
¿Por que lloramos?
Son tantas las lagrimas derramadas
¿Valdrá la pena?
Las lagrimas son la representación
de todas nuestra pena, rabia, odio, dolor, frustración, etc.
y salen a la luz y muestran al desnudo lo vulnerable que somos,
ademas de reflejar nuestro niño interior,
son los petalos de una flor llena de sentimientos que gritan por salir.
y lamentablemente su sabor es el fiel reflejo de lo que significa